Nuestro menú goza de la antigua tradición japonesa, pero con un giro.
Veo en cocina a un hombre con dedos de cuchillo. Fuego, la olla está en fuego. Se detiene. En un plato de greda: arroz, pescado y un detalle de algas. Soplete. ¡FUEGO! Salsas de colores, pinzas. La brisa costera se mezcla con los olores de la cocina.
Inhalo. Me veo de niño en un japonés. Reconozco los olores, pero estos son diferentes… nuevos. Mi plato está en frente mío. Lo pruebo. Agua. Agua de mar en mi boca, agua al salivar. Mis pupilas se dilatan, cierro los ojos. ‘Otro más de lo mismo, por favor.’